Las vacunas protegen a tu gato de una serie de enfermedades graves. Cuando lleves a tu gato al veterinario te va a recomendar una vacuna para cada virus así como una serie de reactivaciones que va a necesitar después. Estas vacunas son necesarias para que tu gato pueda tener la mejor protección posible.
Las primeras vacunas. Cuando adquieras un nuevo gato, puede ser que ya le hayan administrado las primeras vacunas o que tengas que ponérselas; eso estará en dependencia del lugar de procedencia y de la edad que tenga. Por lo general los gatos deben ser vacunados cuando tienen de seis a nueve semanas de edad. El veterinario te recomendará ponerle las vacunas que piensa que son más importantes para su salud. Estos suelen incluir las vacunas para la rinotraqueitis, la calicivirus, la clamidia y la panleucopenia. Dependiendo de a cuales enfermedades pueda estar expuesto tu gato, el veterinario puede también recomendarle una vacuna para la leucemia, entre otras.
Inmunidad materna. Los gatos obtienen anticuerpos de sus madres y mientras este sistema inmunológico está trabajando en los bebés las vacunas no les hacen ningún bien, ya que los anticuerpos de la madre destruyen cualquier vacuna, junto con las enfermedades. A medida que los gatos van creciendo, la inmunidad materna desaparece. Esto puede suceder cuando tengan entre 6 y 20 semanas de nacidos, aunque de 8 a 12 semanas es el periodo más común, siendo el momento en el que los gatos son más vulnerables a las enfermedades. Comprobar los niveles de anticuerpos ayudará al veterinario a saber si la inmunidad materna aún se encuentra activa o si ha llegado el momento de administrar las primeras vacunas.
Vacunación. Las vacunas es la mejor manera de asegurarte de que tu gato está protegido después de que la inmunidad de la madre desaparece. Ponle las inyecciones cada dos o cuatro semanas hasta que tu mascota tenga 16 semanas de edad y de esta forma estará protegido cuando deje de tener la inmunidad maternal. Las vacunas también ayudan a aumentar la inmunidad general del gato dándole una respuesta más fuerte si entra en contacto con cualquier cosa contra la que ha sido vacunado. El veterinario te recomendará el programa de vacunación que mejor se adapte a las necesidades de tu gato. Asegúrate de no perderte ninguna de las visitas para que tu gato pueda ser vacunado en la fecha prevista.
Reactivación de las vacunas. Una vez que las vacunas hayan terminado, tu gato no necesitará más inyecciones durante al menos un año. Una vez más, la frecuencia con la que necesitará refuerzos una vez que sea adulto dependerá en gran medida de la salud de tu gato así como de las recomendaciones del veterinario. Hubo un tiempo en que era común vacunar a los gatos todos los años para ayudarles a mantener un alto nivel de inmunidad. Como se ha hecho evidente que los gatos no necesitan tantas vacunas, lo común es darle una vacuna de refuerzo un año después de que haya terminado la primera vacunación y luego una vez cada tres años.
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