Comportamiento del gato sumiso

Los gatos no pueden hablar, pero su lenguaje corporal dice mucho. Reconocer que los gatos sienten sumisión es particularmente útil porque ilumina sus relaciones dinámicas con otros animales en situaciones nuevas. Las superposiciones de comportamiento silencioso enturbian su vocabulario, por lo que su dueño debe cultivar la observación para percatarse del problema.

Gestos. Las orejas, la cola y el cuerpo de un gato siempre dice sobre el felino. Un gato sumiso gira o aplana sus orejas, baja la cola, y puede incluso meterla entre sus patas traseras. También se agacha bajo, pero neutral. Si está en movimiento, sólo puede tener las orejas aplastadas y la cola baja, y muy probablemente se agache o baje la cabeza. Los gatos sumisos pueden evitar el contacto visual, y de vez en cuando se encuentran de espalda o con el vientre hacia arriba, como para ofrecer la vulnerabilidad como prueba de conformidad.

Otros comportamientos. Cuando un gato sumiso se encuentra con otro, le ofrece un cordial saludo pasando su mejilla o rozando su cabeza. En un saludo no tan amable, los gatos pueden mostrar un comportamiento agresivo, arqueando la espalda y levantando o agitando sus colas. Después de que se hayan dimensionado el uno al otro, el gato más sumiso puede acercar su cuerpo al suelo y golpear la cola, o postrarse boca arriba, perpendicular al otro gato.

Cuando hay un cambio posible. El lenguaje corporal del gato cambia rápidamente. Incluso cuando un gato está en su parte lateral o posterior – por lo general el último signo de la sumisión – puede levantar la pata. Si usted está acariciando al gato, el puede estar preparándose para darle la pata, en broma o no. Un gato en la transición entre los estados puede abrir la boca, gorjear un gruñido, chasquear la cola y empezar a hacer contacto visual con los ojos abiertos. Estos son signos de un cambio de estado de ánimo inminente.

Imágenes de sumisión o enojo. El lenguaje corporal refleja varias de las facetas de un gato sumiso cuando está enojado. Un rollo en la espalda puede ser un signo de que su gato está relajado o de que planea un contraataque. Esté atento a una pata levantada, lo que denota lo segundo. Al agacharse su gato puede estar preparándose para un ataque. Un gato también aplana sus orejas cuando está irritado o enojado.

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