La rabia es una enfermedad viral prevenible que ataca al sistema nervioso central y es casi un 100 por ciento mortal para los animales. Los gatos, junto con los perros y el ganado, se encuentran entre los animales más afectados por ella. Los gatos no vacunados a los que se les permite vagar fuera de sus casas son los más expuestos a contraer la rabia, pero todos los gatos no vacunados pueden contraerla mediante el contacto accidental con un animal rabioso. La vacunación del gato doméstico es una parte vital en el control de la rabia. Recuerda que es mejor vacunar a su mascota aunque sea cada 3 años, que no hacerlo nunca.
Todos los estados tienen leyes relacionadas con la vacuna contra la rabia, aunque no todas las leyes requieren que los gatos sean vacunados contra la rabia. Desafortunadamente, incluso los gatos de interior pueden estar expuestos por medio del contacto con la vida silvestre durante un escape inesperado. Así que minimiza el riesgo de su gato manteniéndolo actualizado con esta vacuna tan importante.
Si su gato no ha sido vacunado nunca contra la rabia y en su localidad se requiere que los gatos reciban esta vacuna, entonces deberá repetirla pasados los 12 meses después de la primera inyección, y luego cada 3 años. Consulte las leyes del lugar donde vive para determinar si alguna se aplica a su mascota.
Si no se requiere que los gatos sean vacunados contra la rabia, pregunte al veterinario si tiene alguna recomendación específica para su mascota. De cualquier forma, considere vacunarla cada tres años después de dos vacunaciones anuales. Haciendo esto, puede proteger a su familia y a su querida bola de pelos.
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