Mantén a tu gato libre de pulgas y otros insectos para que pueda tener una buena salud. Los gatos son propensos a las pulgas y otros parásitos molestos que, aunque por lo general no son potencialmente mortales, pueden ser extremadamente irritantes e incómodos. Elimina de tu gato (y tu casa) estos insectos llevándolo al veterinario para que le haga un diagnóstico y le mande el tratamiento correspondiente.
Pulgas. Las pulgas provocan un rascado persistente, lamidos, mordidas, pérdida de pelo e irritación en la piel de los gatos. Si sospechas que tu gato tiene pulgas, revísalo cuidadosamente separando los pelos para que puedas observar bien de cerca la piel, especialmente la que se encuentra alrededor de la base de la cola y la nuca. Las pulgas parecen pequeñas manchas marrones del tamaño de una cabeza de alfiler. Si la piel de tu mascota tiene pequeños granos blancos, estos son los huevos de las pulgas y las motas negras podrían ser los deshechos o sangre seca que extraen de tu gato. Puedes eliminar las pulgas con una aplicación mensual en la piel de tu gato de un medicamento elaborado para matar estos insectos.
Ácaros. Los ácaros del oído son una infección común en los gatos que provocan picor intenso, movimientos bruscos de la cabeza y rascado frecuente. Los ácaros son pequeños insectos que tienden a afectar los oídos de los gatos causando mal olor y un fluido con aspecto espeso de color café. Si tu gato parece distraído, llévalo al veterinario para que lo examine porque si tiene ácaros del oído, lo mejor será prevenir la aparición de una infección secundaria. El veterinario puede prescribir gotas para los oídos e instruirte para que limpies los oídos de tu gato correctamente. A pesar de que tu mascota podría no cooperar durante el tratamiento, es importante que sigas las indicaciones del veterinario para prevenir una reinfección.
Garrapatas. Las garrapatas no sólo son una molestia para tu gato, sino que también pueden provocarle varias enfermedades peligrosas. A medida que las garrapatas van chupando sangre, la piel de tu gato puede irritarse y en casos raros, se producen infecciones. Los signos clínicos de una infección causada por garrapatas incluyen anemia, fiebre y pérdida del apetito, depresión o letargo. Si encuentras una garrapata en tu gato, ponte unos guantes y retírala de la piel con ayuda de un par de pinzas. Incluso después de que hayas retirado la garrapata de tu mascota, partes del cuerpo pueden permanecer adheridos en la piel, por lo que lo mejor será que lleves a tu gato al veterinario para que le haga un chequeo meticuloso.
Piojos. Los piojos pueden afectar a tu mascota y las personas de tu casa por igual. Estos insectos sin alas son aproximadamente del tamaño de una pulga y tienden a concentrarse cerca de aberturas del cuerpo donde pueden encontrar humedad. Si notas que tu gato se rasca, está inquieto o tiene el pelaje áspero o enredado, podría tener una infestación de piojos. Varios medicamentos pueden utilizarse para librar a tu gato de una infestación de piojos. Una vez que elimines los piojos de tu gato debes colocarlo en una jaula desinfectada para que los posibles restos de huevos no eclosionados no puedan multiplicarse en su pelaje. Discute con el veterinario los tratamientos mensuales que puedes utilizar para controlar los piojos una vez que tu mascota esté desinfectada.
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