Cuando se trata de la limpieza en las personas, necesitamos de gran cantidad de accesorios, gel de baño y champú. Por suerte para los gatos, el proceso es mucho más fácil. Todo lo que nuestros amigos felinos necesitan para mantenerse absolutamente limpios son los dientes y la lengua.
Lamido. Aunque el mero lamido casi que no parece un modo eficaz de higiene, funciona a las mil maravillas para los gatos. La función de los dientes es manejar la suciedad persistente, mientras que sus lenguas puntiagudas humedecen de manera eficiente y lamen sus pelajes. Por último, utilizan sus patas como esponjas o paños de limpieza. Todo el sistema es una máquina bien engrasada.
Tiempo. Los gatos, con frecuencia, gastan hasta la mitad de sus días ocupados en el aseo, manteniéndose impecables y frescos. Sin embargo, algunos felinos pueden ir un poco demasiado lejos. Aunque el lamido los mantiene limpios, demasiado de este puede traer consecuencias dolorosas o incómodas (picazón severa, heridas abiertas e incluso la pérdida de la piel).
Baño. Como regla, los gatos normalmente no requieren la intervención humana cuando se trata del baño. Sin embargo, las excepciones son, definitivamente, una posibilidad, sobre todo si tu mascota ha pasado mucho tiempo fuera. Si tu gato accidentalmente pisa en excrementos de perros en la acera, por ejemplo, sin duda puede ser que desees intervenir y darle un buen baño.
Estrés. En su mayor parte, los gatos se lamen a sí mismos como un medio de mantenerse limpios. Sin embargo, en algunos casos el acicalamiento frecuente también puede apuntar a otro problema, el estrés. Algunos culpables comunes detrás de la tensión de un gatito son la falta de atención, la introducción de otro animal doméstico, ansiedad por separación y los cambios ambientales. Si notas que tu gato se está preparando a sí mismo demasiado a menudo, tomate el tiempo para evaluar lo que puede estar pasando en su vida.
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